De gente que se piensa que vale...

Este mensaje va dirigido a todas aquellas personas que piensan que están en posesión de la calidad absoluta y que no saben hacer la "O" con un canuto.

Es lamentable ver cómo en el mundo del fútbol abundan los ignorantes que tienen puestos de responsabilidad en equipos profesionales. Esto se aplica a personas que van desde jugadores, a presidentes (los más abundantes) pasando por directivos y entrenadores. Aquí vamos a mostrar algunas de las características de algunos de estos personajes que tanto daño hacen al fútbol, y más en concreto a los seguidores de sus clubs.




Para ello, comenzaremos por la parte baja de la jerarquía de un club: los jugadores (aunque éste no sea el caso en equipos como el Real Madrid). Antes de empezar conviene decir que dentro de los jugadores peligrosos para un club (los que no valen) hay que diferenciar a dos tipos: los que saben que no valen y no intentan demostrar lo contrario, y los que se piensan que son buenos y son más malos que un cáncer.

Empezaremos por los jugadores y por posición. A la mente nos vienen muchos porteros verdaderamente lamentables: Dudek, Rustu, Dutruel, etc. La lista es interminable. Sin embargo, hay que destacar a uno por encima de los demás: "Calamity" James. Quizás el único portero al que en su propio país desprecian de manera tan descarada. Pero lejos de amedrentarse, decidió vengarse de su país acudiendo al Mundial y teniendo un rol primordial en la eliminación de su país. Un portero que sabe que no vale renunciaría al Mundial. No lo hizo y le costó un disgusto a unos cuantos millones de personas.

Richard Dutruel

Defensas tan lamentables como en su día fueron jugadores como Ivan Campo, no tienen reparos en defender ya no sólo el escudo sino también la portería de su equipo. Son fáciles de reconocer, siempre hacen penaltis ridículos, se resbalan en momentos inoportunos, llegan tarde al cruce o se desentienden del jugador al que marcan. Víctor Ruiz y Godín saben bien de lo que hablo, y cómo no, el ganador al paquete de la temporada Zapata.
Abundan en el centro del campo jugadores destructores del juego de su propio equipo y/o con nula capacidad física. En el primero de los aspectos nada tendrían que envidiar al legendario Mahmadou Diarra o al feo de los gemelos DeBoer (Ronald), Assunçao y Albela, que bien podrían ponerse el brazalete de capitanes de la paquetería en esta posición. Extremos con poca calidad a la que su falta de gol solo se les puede comparar su escasez de recursos técnicos y su incapacidad de poner buenos centros. El "To(n)to" Salvio y Óscar Serrano se sentirán identificados.
Delanteros con la pólvora ya no mojada, sino inundada, campan por la primera división mientras empleados de cajas hacen honores para estar en sus puestos. Son delanteros con menos gol que los porteros, nulo regate y limitada movilidad. Arana o Bilic se tendrían que sonrojar por cumplir todas estas características. Por supuesto en este apartado no podemos dejar de mencionar a un jugador muy sobrevalorado (especialmente por él mismo) que es más peligroso de lo que parece para su propio equipo: Mario Balotelli. No se recuerda a Balotelli correr desde que salió detrás de una actriz porno.

Ronald de Boer                                          

En el banquillo el panorama no es mucho más alentador. Entrenadores incompetentes dirigen a equipos sin ni siquiera merecer entrar a un estadio. Marcelino, ex-entrenador del Sevilla, ha sido capaz de hundir a un equipo ya de por sí tocado, mostrando uno de los juegos más ridículos del campeonato liguero. Abel Resino, incomprensiblemente ha vuelto a un banquillo después de desprestigiar al Atlético de Madrid. Consuela el hecho de que en otras ligas no están mucho mejor. En la Premier tienen a uno de los entrenadores más "Dangerous" del mundo. No es otro que Wenger. Este entrenador sigue empeñado en jugar con niños que apenas han salido del parvulario, y así les van las cosas. 4-0 que les metió el equipo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial ayer. Es un modelo que fracasa, pero parece que Wenger no quiere dejar de fracasar. Los gunners se llevan las manos a la cabeza.

      Arsène Wenger                                        

En los despachos el espectáculo es dantesco. Directores deportivos con más pinta de chuloputas, como Caminero, se encargan de fichar jugadores y entrenadores a cada cual más sonrojante e hilarante que el anterior. Otros sólo fichaban para llenarse los bolsillos (o eso queremos pensar a la vista de los fichajes que perpetraron en su día) como Pitarch. Sólo así se explica el fichaje de jugadores tan ridículos como el "Pato" Sosa. No podemos dejárnos en el tintero la mención a los vergonzosos dueños y presidentes de ciertos clubes. Efectivamente Cerezo y Giles, nos referimos a ustedes. El segundo el pobrecito es imbécil y no se le puede pedir más (al margen de que se desvincule eternamente del club y que deje de robar). Por lo menos es honesto y admite (en forma de no presencia en su propio estadio) que el fútbol es lo que menos le interesa del Atlético de Madrid. Pero lo de Cerezo es de cadena perpetua. No sólo el indeseable se llena los bolsillos gracias al club y se lo gasta en películas que nadie visualiza, si no que además tiene la desfachatez de decir que pone dinero y que todo lo hace por el bien del equipo. Una vez más, irrisorio. Como irrisoria es su educación (o falta de ella) y lo paleto que es. Para muestra un botón. Ayer en la visita al Papa, Cerezo tiró de repertorio, y no pudo más que llamar a Su Santidad "Benito XVI". Una vez más, no nos defrauda. La solución para este caso es sencilla: no ir al estadio. Pero parece que los que menos valen son los espectadores...

Jesús García Pitarch

                                                       



De Lazarillo, desde la discográfica donde graban su música los cantamañanas del mundo del fútbol, para yosiquelatocoymevoy.