domingo, 1 de abril de 2012

Homenaje a Abidal, por Bomberai


Hoy desde la redacción, queríamos dar nuestro apoyo a un grande del fútbol. Tanto a nivel futbolístico como a nivel personal. Una frase más que hecha y más que usada, pero nunca más verdad que en este caso: Un gran hombre que se ha convertido en un mejor futbolista.

El francés tantas veces campeón de la Ligue1 francesa apostó por salir de su país y compartir la sed de victoria con sus compañeros del Barça. ¿Hace falta volver a indicar el palmarés más que cargado de este señor, lleno de grandes títulos?

Siempre ganador. Siempre campeón. Campeón también en su vida personal. Una noticia de una triste tarde de 2011 conmocionó a los amantes del fútbol: el anuncio que padecía un tumor. Lejos de hundirse, se comportó como un hombre, un caballero. Siempre con la cabeza alta, y sabiendo que la salud era lo primero. Con mucha sangre fría, anunció que iba a curarse, prometiendo que iba a volver.
Cuando dijo eso, ¿¿quién se imaginaba que iba a ser algunas semanas después?? Milagrosa recuperación, prueba de su fuerza física y mental.

Volvió, y lo hizo a lo grande. Emocionó al planeta fútbol y al mundo entero. Volvió para la final de la Champions, la ganó y después se dio quizás el detalle más bonito nunca visto en el fútbol. Puyol, seguramente de los mejores defensas del mundo, y un capitán ejemplar, siempre con la mano en el corazón, cedió el brazalete a su compañero y amigo francés. Abidal, gravemente enfermo y en el hospital poco tiempo antes, levantando el trofeo más importante del año. Personalmente, se me saltaron las lágrimas.




Mejor lateral zurdo de los últimos años (con permiso de Marcelo) desde la jubilación de Roberto Carlos. Le critican por su poca aportación ofensiva, pero cuando llega, llega con claridad metiendo pases de gol y hasta dio la victoria en Copa del Rey al Barça contra el enemigo de siempre. Futbolista serio, que siempre cumplió.

A pesar de todo, siguió teniendo una característica propia, una cualidad de la que la mayoría de los futbolistas se olvidan: la humildad. La cabeza siempre sobre los hombros. Nunca una palabra más alta que la otra. Abidal, a pesar de los triunfos, siguió siendo Eric.

Te queríamos dar nuestro apoyo, al igual que a tantas otras personas. Pero te lo mereces más que nadie.

Espero que, antes de todo te recuperes. Y sigo soñando con verte de nuevo en los campos de fútbol. ¿Quizás en la Eurocopa? Ojalá.

¡Ánimo Abidal!





Para yosiquelatocoymevoy.blogspot.com, desde la Catedral de Brujas, rezando para que Abidal se recupere, por Bomberai.

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