lunes, 2 de abril de 2012

La nueva vieja filosofía del fútbol (Parte I).

Parece mentira pero en la temporada que más y mejor está jugando al fútbol el Real Madrid aparecen más detractores de la religión florentiniana y de su mesías José Mourinho. ¿Será porque a los madridistas les cuesta ir por delante y prefieren el papel de víctimas? ¿Será porque se ven sobrados y lo que les gusta es sufrir? ¿O será porque le gente se ha cansado de que los máximos dirigentes de sus equipos antepongan el fin a los medios?

Cuando en el verano de 2009 el Real Madrid desembolsó la estratosférica cantidad de 160 millones de euros para fichar a 2 futbolistas, la gran mayoría de madridistas estaban convencidos de que se iban a alcanzar importantes metas a través de grandes partidos, conseguir importantes trofeos y plantarle cara al indómito Barcelona. Casi 3 años después, la única gran meta alcanzada ha sido la de reventar aún más el mercado, el trofeo más importante (y único de momento) es la Copa, y lo de doblegar al Barça, ni ha ocurrido y casi ni se espera. ¿Para esto es necesario desembolsar 700 millones de euros, con fichajes tan absurdos como el de Coentrao por 30 kilos?

La respuesta a esta pregunta es ciertamente sencilla: NO. Pero es la nueva vieja filosofía. Vieja porque ya tiene unos años y nueva porque cada vez más equipos se suman a ella: Manchester City, Málaga, PSG, etc. Esta filosofía es sencilla y fácil de comprender. Lo único que tienes que hacer es tener mucho dinero y estar dispuesto a pagar más que tu vecino. ¿Y qué consigues con ello? NADA. Bueno sí, ilusionar a unos cuantos periodistas (bastante parciales por cierto) que trasladan su optimismo a los aficionados. De los equipos mencionados más arriba es muy pronto para hablar del Málaga y PSG, pero del Manchester City se puede decir lo mismo que del Real Madrid. Ningún título importante. Este año, con suerte, ganarán la Premier, pero para ello no hace falta fichar un equipo entero a precios astronómicos.

¿Cuántos de esos equipos tienen jugadores que defienden realmente los colores de su camiseta? ¿Y cuántos están en esos equipos por dinero o por engrosar su palmarés particular, sin importarles si lo hacen con este o aquel equipo? Muy pocos para la primera pregunta, casi todos para la segunda. ¿Cuántos de ellos saben de verdad lo que representa perder en un gran clásico o en un gran derbi (como un Real Madrid-Barcelona, PSG-Olympique de Marseille, etc.)? Casi nadie. No puedes saber lo que significa a no ser que cumplas dos requisitos: ser de la cantera o ser del equipo en el que juegas. Los jugadores fichados por el Sr. Millonetis, Sir Monopoly y sucedáneos, no cumplen casi nunca ninguna de estas máximas y no las cumplirán nunca.

Por eso desde este blog queremos resaltar la importancia y el mérito de equipos como el Barcelona, y sobre todo, el Athletic de Bilbao. Este útlimo equipo ha sido fiel a su filosofía de CLUB (no de EMPRESA como los equipos derrochadores) desde que se creó, hace ya 114 años. Es evidente que en muchas fases no ha ganado nada, ha desilusionado y puede no haber estado a la altura de los mejores. Pero no hace decaer el ánimo a los aficionados porque se sienten identificados con todos y cada uno de los jugadores, saben que sienten lo mismo que ellos cuando se enfundan la zamarra y que morirán matando. Y por ello les recompensan apoyándoles hasta que sus gargantas no dan más de sí, tienen la voz rota y las piernas destrozadas por estar de pie. Los futbolistas echan el resto en cada jugada, son valientes y sacrificados, y con el entrenador adecuado (y siempre que la Federación lo permita) puede ser un equipo que plante cara en todas las competiciones. Por lo pronto está en la final de Copa y con pie y medio en semis de la UEFA, aunque es cierto que ha renunciado a hacer un buen papel en la Liga. Pero si preguntamos a aficionados de Real Madrid y Athletic, los segundos estarán más orgullosos y satisfechos de su CLUB y compensan las carencias del equipo con las ganas con las que le apoyan.

Desde este blog reivindicamos y exigimos que los equipos vuelvan a ilusionarnos, a hacernos saltar de alegría con cada victoria, y a sentir la derrota como si fuera nuestra culpa (que también lo es). Exigimos que juegen jugadores que sientan su orgullo herido con cada derrota humillante contra el máximo rival. Exigimos jugadores que se dejen la piel contra equipos superiores e inferiores y que luchen igual o más en la derrota, y no menos. Reivindicamos directivas que no busquen el enriquecimiento personal con un equipo sino ofrecer un auténtico club. Demandamos entrenadores innovadores y creativos que no hagan el ridículo en rueda de prensa y dejen en mal lugar a su propio equipo. Si todo esto se cumple, en partidos como el del sábado, en el que el Athletic perdió contra el Barcelona, no dejaremos de animar y no silbaremos, sino que aplaudiremos porque el equipo lo ha dado todo, ha sudado más sudor del que tenían en el cuerpo y no se dieron nunca por vencidos. Porque eso es un señor equipo.

Dos equipos con filosofías similares.
De Lazarillo, para yosiquelatocoymevoy.

1 comentario:

  1. Ramón Calderón2 de abril de 2012, 7:13

    Gran artículo. Se han perdido los valores tradicionales del fútbol y se ha transformado en un deporte con el que sólo se busca ganar más y más dinero. Florentino y todos los de su quinta a la calle! Queremos a gente que aporte ideas nuevas y que vaya al ataque siempre!

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