miércoles, 16 de mayo de 2012

Una temporada más...

Llegó el final de temporada. Vuelven los domingos insulsos y las tardes de los sábados sin nada que hacer. Los martes y miércoles ya no serán diferentes a los lunes (no nos engañemos, el partido del lunes no lo veía nadie excepto nosotros) y sólo esperamos que la Eurocopa evite que Junio se convierta en el mes con mayor tasa de suicidios.

Esta temporada ha tenido tantos altibajos como las etapas de montaña del Tour de Francia. Si bien el comienzo prometía, con equipos que parecían que se enganchaban a la cabeza, poco a poco se fueron descolgando y vivimos las interminables jornadas predecibles, sin mayores sustos que algunas lesiones y los equipos fueron posicionándose en la parte de la tabla que les correspondía. La única emoción era la rivalidad entre el Real Madrid y Barcelona, mientras por la cola el Zaragoza se descolgaba de la Liga y coqueteaba con la 2ª división.

Sin embargo, el último cuarto de temporada ha resultado de lo más emocionante: grandes que pierden puntos y puestos, pequeños que escalan y se aseguran la permanencia o empiezan a creer en ella y grandes que estaban abajo que han llegado bastante arriba. Diferencias de 10 puntos que se reducían a 4 hacían las delicias de los más optimistas y hacían temblar al que en semanas anteriores pensaba en celebrar el alirón. Conjuntos que hace 6 años estaban en las semifinales de la Champions League, se encontraban malviviendo en Primera y cayendo al infierno de 2ª (el filial cayendo por ende a 2ªB, y el segundo filial a 3ª). Equipos que parecían tristes y desolados cambian de entrenador y satisfacen hasta a los espectadores más críticos. Y un largo etcétera.

Pero aunque parezca que no estamos indignados, lo estamos. Estamos indignados (y seguiremos estándolo) porque la Federación y la Liga están llenas de corruptos, vagos y mangantes. Porque a estos no les interesa el fútbol sino intereses particulares. Estamos indignados porque le pese a quién le pese, los errores arbitrales han fabricado campeones y condenado equipos (sobre todo en la última jornada). Porque los errores de los jugadores se penalizan con partidos y los errores arbitrales de bulto no se sancionan. Porque los maletines existen y ya no se produce el intercambio entre equipos; van directamente a la Federación. Estamos cansados de una liga de primera manejada y controlada por mafiosos de cuarta que benefician siempre a los mismos equipos (sólo así se entiende que exclusivamente los Clásicos vayan a cambiarse de fecha si coinciden con una eliminatoria de Champions: calendario a la carta para ellos dos y que a los demás les parta un rayo).

Lo peor de todo esto es que la temporada que viene cambiarán algunos equipos, se irán algunos jugadores y vendrán otros, pero los que se tienen que ir (Villar, Gaspar y demás sinvergüenzas, rateros y gentuza de malvivir) se quedarán. En resumen, la temporada que viene será, para nuestra desgracia, una temporada más...

De Lazarillo, para yosiquelatocoymevoy, desde el Muro de las Lamentaciones.

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